miércoles, 10 de agosto de 2011

No todo es basura espacial

Las cosas están muy mal, sobre todo en el mundo de la chatarra; hay demasiada competencia. Gracias a dios hay gente que está muy loca y toma decisiones que hacen desequilibrar la balanza.

Nuestro héroe (porque no se le puede definir de otra manera) descubrió que si seguía buscándose la vida en su pueblo, yendo a vertederos y desguaces, no iba a conseguir salir adelante debido a la tremenda competencia en el sector. A punto de darse por vencido suspiró de rodillas, mirando al cielo como buscando algún tipo de redención. En ese momento se le encendió la bombilla y descubrió que el verdadero dinero se encontraba allí arriba, en el espacio, donde vagaban toneladas y toneladas de basura espacial desprendidas de transbordadores y todas esas gaitas. Fue así como ni corto ni perezoso cogió su camioneta y se propuso salir del planeta en busca de esa enorme fortuna.



Una vez en el espacio descubrió que aquello era todo un paraíso chatarreril. Por cierto, ¿por qué la gente dice “o kei” (O.K.) en cambio no dicen “kei o” (K.O.), en fin…. El tema es que cuando ya estaba llenando el carro con todo este material descubrió que lo que más abundaban eran otro tipo de deshechos todavía más preciados! Productos terrestres que fueron mandados alegremente a la estratosfera por ciudadanos descontentos. Miles y miles de productos que nunca llegaron a triunfar como tales y fueron condenados a vagar por el espacio ad eternum. Sin embargo, pasados los años se han convertido en oscuro objeto de deseo de coleccionistas y demás frikis. Algunos son objetos totalmente inútiles (pero muy cotizados) y otros son objetos que actualmente escasean en la tierra. Encontró así algunas vírgenes, packs y packs de Cherry Coke y Fruitopía, el set de rodaje al completo de “Waterworld”, videos Beta en perfecto estado, a Tato Abadía (en su época en el Compos, no en la del Logroñés), alguna que otra Atari Jaguar y Virtual Boy y el extraño peinado de Ronaldo que llevaba en el mundial de Corea y Japón de 2002.

Ahora que lo veo, este idiota seguramente se desintegre con todos sus casposos tesoros al entrar en contacto con la atmósfera y toda esta historia no tendrá ningún sentido. Bueno, todo se irá al garete salvo las peladillas de navidad. En la era postnuclear las peladillas son las nuevas cucarachas.

(No pude resistirme a poner una pedazo de borrasca sobre Galicia…… si es que sale un poco el sol y ya me puede la morriña de cielos grises y suelos mojados……….)


Escuchando: "Take the money and Run" by Unkle ft. Nick Cave

1 comentario:

  1. Dinámica entrada en escena del "carro" que por cierto está genial dibujado para ser algo así rápido. Me quedo sobre todo con el efecto silueta de lo que queda en primer plano, le da nitidez y volumen. En general buen equilibrio de masas, se agradece en un pailán... y mucho más en tí.

    La historia esta pero que bien rechistosa güey.

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